lunes, 26 de noviembre de 2012

LANGOSTA CON LECHUGA

En el archipiélago Juan Fernández una de sus islas lleva el nombre de Robinson Crusoe, náufrago profesional. Se sabe que entre las islas se multiplican las langostas marinas y en las profundidades se encuentran los crustáceos más grandes, cuya pesca es la actividad económica de los isleños. En invierno los temporales duran una semana, por lo tanto, el turismo huye. Sin embargo, unos sadomasoquistas austrohúngaros que estaban en una de las islas menos pobladas decidieron vivir la aventura. Después de diez días por fin vieron el sol y cuando se acercaron a la playa, encontraron langostas que habían quedado varadas en la arena. Una de ellas todavía se movía y la llevaron hasta el campamento y los lugareños le facilitaron una gran olla para cocinarla. Ante las provisiones agotadas, sólo pudieron conseguir sal y mayonesa. Unos vecinos les vendieron lechugas en dólares. Con todo eso, se hicieron un festín. De postre, latigazos.

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